'In a heartbeat' es un pequeña joya que proclama el respeto a la diversidad. Merece la pena dedicarle cuatro minutos de nuestro tiempo:
jueves, 3 de agosto de 2017
sábado, 21 de enero de 2017
SUPERPODERES
Soy profesora y me molesta que solo se hable de la educación, para ganar votos, cada cuatro años. El Libro Blanco es un asunto político, no es la solución a los problemas de la enseñanza pública. Es cierto que el profesorado debe ser competente para realizar su trabajo, como cualquier otro colectivo profesional, pero no leo en ningún medio que para recuperar la calidad de la enseñanza hay que dejar de pedir al profesorado que ejerza de psicólogo, de padre, de juez, de policía y de asistente social. Para eso no prepara ninguna universidad, por larga que sea la formación, porque ser docente en la pública significa tener superpoderes. Conozco los sistemas educativos de muchos países europeos y lo que se le pide al profesorado en España es impensable en el resto. El profesor debe ser una persona preparada para impartir la materia en la que se ha especializado. El resto de las tareas que nos han encomendado dificultan la nuestra. Llevamos años reparando los daños que los políticos ocasionan con sus recortes y su desinterés por la enseñanza pública, y se permiten el lujo de criticarnos.
ROSA SANTA DARÍA HERNÁNDEZ
Ingenio, Las Palmas de Gran Canaria
Publicado en Cartas al Director de 'El País'
15 de diciembre de 2015
Publicado en Cartas al Director de 'El País'
15 de diciembre de 2015
sábado, 14 de enero de 2017
sábado, 7 de enero de 2017
A LA MAESTRA
ELVIRA LINDO
El País, 15 de octubre de 2015.
El lenguaje se infecta. Lo infectan
a menudo los políticos y lo infectamos quienes hablamos o escribimos en los
medios. Nuestro vicio por una jerga que encubre a menudo un rechazo por la claridad
acaba trufando el lenguaje común. Como resultado, a veces hablamos de asuntos
cotidianos como si estuviéramos en una tertulia televisiva o haciendo
declaraciones en el telediario. En una esquina del periódico, no tan a la vista
como a mi juicio debiera estar, me encuentro con que en Granada una madre ha
agredida a la maestra de su niña porque
las normas del centro no permitían la impuntualidad para una jornada musical.
La madre, fuera de sí, agarró del pelo a la maestra, la pateó y la insultó.
Todo esto delante de la cría. Dios nos libre de madres que nos quieran tanto.
La maestra acabó en el hospital: las magulladuras se curan antes que los sustos
y que el trauma que provoca una agresión.
Leo que la directora del centro ha
declarado que a la paz se llega con el diálogo, y que la Consejera de Educación
se solidariza con su caso y rechaza cualquier tipo de violencia. Supongo que
estas expresiones provienen de cuando los telediarios abrían con los políticos
condenando un atentado, pero francamente esas palabras suenan poco convincentes
si se trata de hablar de algo ocurrido en una escuela. Todo es más simple: el
profesorado es la autoridad que los padres deben reconocer. En casa nuestra
madre solía decirnos: “A la maestra se la trata con respeto”. Por lo que se ve
urge abrir una escuela de padres y madres para que aprendan a comportarse.
Primera lección: a la maestra no se la pega (permítanme el laísmo).
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